viernes, 7 de mayo de 2010

Pequeños heroes que no se olvidan (parte1)

En una tarde, el sol cubría deliciosamente el parque, se oían las voces de un grupo de muchachos jugando baloncesto en una cancha de asfalto que estaba junto a un amplio campo verde que tenia repartido varios árboles en medio de pequeñas colinas verdes tupidas que invitaban a recostarse, un camino de asfalto atravesaba este campo, de pronto viene corriendo un pequeño perro peludo y muy gordo de pelo blanco con manchas pardas que agarraba en su hocico una cachucha y se escondía entre las ramas de un grupo de matas que estaban junto al camino, un momento después apareció un niño de vestido de jean y llevaba una camisa de cuadros que se acercaba caminando rápidamente y miraba en toda dirección y gritaba


- Pulgoso qusssst…..qussst –qussst…….. Pulgoso, tenemos que regresar…… dooondeee estas……devuélveme mi cachucha chandoso o si no la próxima vez te lavare con agua fría…… no te me escondas pulgoso… qusst qusssst …. donde estas…… pulgoso ……..


De pronto el niño paro y discretamente retrocedió por donde venia y desapareció, paso un momento, y de entre las ramas empezó a asomar su cabecita el perrito, después decidió salir completamente para mirar a ambos lados, lentamente dos manos salieron escondidas por entre las ramas detrás de él y lo agarraron, era el niño y en el instante en que se ponía en pie salía y lo cargaba entre sus brazos se reia y le decía


– ¡jaajaajjaaa! no te me podías escapar bandido ¡ja! Jaa jaajaaaaa!.


Y le rascaba y le volvía a rascar su barriga, luego todo se detuvo y un brillo claro empezó a cubrir la cara del perrito y el niño con sus miradas sonrientes y todo termino cubierto de blanco mientras se alejaban de la mirada.

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Era una mañana de lunes y la camioneta escolar paraba junto a al taller de reparación de electrodomésticos del barrio y hacía sonar su claxon para anunciar que ya había llegado, se abría una puerta del taller y salía una niña vestida de sudadera gris con líneas rojas con su morral y una lonchera de colores vivos acompañada de sus padres les dio un beso en pórtico y antes de subir a la camioneta se volvía para mirar atrás y se despedía de sus padres, ellos respondían el gesto también despidiéndose mientras miraban como se alejaba la camioneta, ella Helena con su uniforme blanco llevando su bolso de color caoba y el Jorge con su jean y que llevaba puesta encima su bata blanca, ella se iría a atender su consultorio de odontología mientras Jorge entraría a la casa para más tarde abrir su taller de servicio a electrodomésticos, se dieron un beso y se despidieron.

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Las luces iluminaban la ciudad, ya era de noche y Helena y Jorge ya estaban acostados descansando en la alcoba, la luz de la lámpara alumbraba el cuarto mientras terminaba el capítulo de la novela de television, Helena levanto el brazo apunto el control y la televisión se apago y luego después apago la lámpara que estaba en la mesita de al lado, el cuarto quedo en la penumbra Jorge se recostó mientras se ponía las manos detrás de la nuca y miraba a el techo y le decía a Helena que estaba reclinada de medio lado:






-Hace mucho que no visito a mis cuchos y ni siquiera les he echado una llamada, ¿te parece si el domingo los visitamos? . Pregunto Jorge






-Valdría la pena, hace mucho que no vemos tus padres, ¿cómo estarán ellos? Respondió Helena.






-¿Cambiando de tema no te ocurrido alguna vez, que tienes un sueño que se repite mucho? Pregunto Jorge






-No, he tenido algunos sueños extraños pero ninguno que se repita demasiado, ¿de qué es lo que has estado soñando? Pregunto Helena






-Últimamente he estado soñando con un niño que juega con un perrito pero no encuentro que relación pueda tener conmigo. ¿Será que significara algo importante? Pregunto Jorge.






-Los sueños pueden tener un significado personal ¿No se relacionara con algo de tu infancia? Contesto Helena






-No tengo ningún recuerdo de que hubiera tenido perros cuando yo era pequeño. Que pudiera ser…. Dijo Jorge






-No te podría dar una buena explicación, dejemos que pase el tiempo y que la respuesta aparezca por sí sola. Respondió Helena






-Bueno dejemos asi, felices sueños mi guayabita que sueñes con cientos de perritos. Dijo Jorge






-Lo mismo mi panzoncito. Respondió Helena






Dejaron el asunto así y descansaron.

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